La síndico Teresita Balderas bajo la lupa

La figura de Teresita Balderas, actual síndico procuradora del Ayuntamiento de Tijuana, está al centro del huracán político, no por una acción institucional destacada ni por una lucha contra la corrupción, sino por una serie de señalamientos que retratan una historia incómoda de ascenso político sostenido, según diversas fuentes, en una constante cadena de secretos, apoyos y relaciones cercanas con figuras clave del poder local.
Los señalamientos más recientes fueron hechos públicos apenas la semana anterior por el exoficial mayor Marcelo Machain, con quien Balderas mantuvo una discreta relación de cercanía y confianza durante la administración de Montserrat Caballero. Desde sus respectivas posiciones —él como oficial mayor, ella como asistente del entonces síndico Rafael Leyva— forjaron una colaboración que trascendió lo estrictamente institucional. Según fuentes cercanas al propio Machain, él habría confesado en un momento de enojo por la supuesta ingratitud de Teresita. que incluso durante ese tiempo le otorgó un préstamo cercano a los 200 mil pesos para el enganche de una vivienda. Además, en redes sociales el exfuncionario sugirió que Balderas no cumplía con los tiempos legales de separación del cargo cuando se registró como candidata a síndico, lo cual —dijo— debería aclarar si verdaderamente se conduce con transparencia.
Pero las acusaciones no terminan ahí y se remontan a la trayectoria de esta funcionaria, quien antes de su paso por Morena tuvo presencia en el PAN donde trabajó en el gobierno del estado como “analista” durante ese periodo, trabajó con Miguel Ángel Bujanda —en ese tiempo secretario privado del gobernador Francisco “Kiko” Vega, posteriormente diputado local impulsado por el panismo y más tarde ya en Morena secretario de Gobierno con Montserrat Caballero—. Desde esa etapa, distintas fuentes señalan que la cercanía entre ambos fue notoria. Fue también en esos años cuando Balderas empezó a posicionarse dentro de los espacios de gobierno gracias a recomendaciones provenientes de actores panistas.
Al llegar la administración de Montserrat Caballero, Balderas se integró al equipo del síndico procurador Rafael Leyva, quien ha confesado que no la conocía previamente y aun así, bajo su tutela consolidó su presencia institucional. Al igual que en otros casos, la relación entre ambos trascendió lo laboral, y con el tiempo, Balderas comenzó a proyectarse como una figura con ambiciones propias dentro del gobierno municipal. Finalizado ese periodo, y ya con miras a integrarse en la siguiente administración, diversas fuentes coinciden en que Balderas buscó acercamientos con personajes influyentes del partido.
También se ha señalado públicamente que en varias ocasiones se le vio salir de la oficina del delegado federal de Bienestar, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, uno de los actores con mayor peso político en el estado. La naturaleza de esas visitas ha sido motivo de especulación, pero no de desmentido. Todo ello ocurrió en el proceso previo a la selección de los miembros de la planilla que acompañarían a Ismael Burgueño rumbo a la candidatura por la presidencia municipal de Tijuana, en donde Balderas apareció sorpresivamente como la candidata a síndico, para sorpresa de propios y extraños.
Lo que pocos discuten es que su inclusión final en la planilla fue una decisión impulsada desde la dirigencia nacional de Morena. Y es que aún antes de dejar su cargo como asistente en la Sindicatura, Balderas compartió en sus redes sociales una fotografía con el dirigente nacional Mario Delgado, tomada en la Ciudad de México y pese a no contar con historial de militancia en Morena ni con trayectoria reconocida dentro del movimiento de la Cuarta Transformación, recibió el respaldo del dirigente con quien ha dicho le une una amistad muy estrecha.
Hoy, Balderas es señalada no por actos de vigilancia ejemplares, dignos de su encargo, sino por su prolongada ausencia en la oficina, su escasa supervisión de presuntos actos de corrupción, y en cambio, aparecer constantemente acompañando al alcalde en actos públicos, buscando figurar a su lado en las fotografías, justo así como la fotos que antes presumía en redes sociales con otros actores políticos.
Esto ha generado críticas sobre su papel institucional, especialmente considerando que es la figura encargada de vigilar la legalidad de los actos de gobierno. Su trayectoria marcada por decisiones alineadas a intereses de quienes la impulsaron deja prácticamente al municipio sin la figura vigilante que debería representar la sindicatura.
Por si esto fuera poco, las revelaciones de Machain y la investigación del presunto desfalco por 92 millones de pesos a la ciudad colocan a la síndico en un problema adicional pues en medio de esta situación, el nombre de Jorge Figueroa —actual titular del Corredor Económico de la Península de Baja California— vuelve a aparecer. Figueroa es señalado como beneficiario de un contrato inflado durante la era de Montserrat Caballero, y fuentes afirman que el propio Machain estaría dispuesto a revelar mayores detalles sobre esa operación. Lo delicado para Balderas es que, según diversas voces dentro y fuera del Ayuntamiento, ella también mantuvo una relación cercana con el empresario, marcada por el intercambio de apoyos y coincidencias de interés que hoy están bajo lupa.
No se trata de juzgar la vida privada de una funcionaria, sino de subrayar que cuando las relaciones personales inciden en decisiones públicas, adjudicaciones millonarias o candidaturas, lo privado se convierte en asunto público. Y lo público exige cuentas.
Quizás al alcalde no le incomode el historial de vínculos e historias que acompañan a quien hoy lo acompaña de manera tan cercana. Quizás prefiere construir desde ahí una relación de confianza, aunque para muchos dentro y fuera del partido, esa decisión no deja de parecer… generosa.
Porque en política, hay elecciones que terminan hablando más fuerte que cualquier discurso. Y hay compañías que, más allá de los afectos, se convierten en símbolos de lo que se tolera. El alcalde haría bien en voltear a ver a sus antecesores en este juego de favores… para entender cómo les fue.

