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Ahora sí es la buena del Cocinero Chino: el monumento entra en la recta final en Mexicali

Después de múltiples prórrogas y meses de incertidumbre, todo indica que el polémico monumento al Cocinero Chinoen Mexicali finalmente será concluido. La fecha límite más reciente para la entrega de la obra es el 31 de diciembre, y al día de hoy, 19 de diciembre, restan 12 días para que el artista cumpla con el compromiso adquirido ante las autoridades municipales.

Ubicada en el acceso a La Chinesca, uno de los barrios con mayor carga histórica y simbólica de la capital de Baja California, la escultura monumental busca rendir homenaje a la comunidad china que desde principios del siglo XX ha sido parte fundamental del desarrollo económico, social y cultural de Mexicali.

El proyecto, sin embargo, no ha estado exento de controversia. Desde su anuncio, la obra ha acumulado retrasos que obligaron al Ayuntamiento a otorgar varias extensiones de plazo, lo que generó críticas constantes por la falta de planeación, supervisión y claridad en los tiempos de ejecución.

La última prórroga fue definida como definitiva. El gobierno municipal fijó el 31 de diciembre de 2025 como fecha fatal para la conclusión del monumento, advirtiendo que no habría más extensiones y que podrían aplicarse sanciones contractuales en caso de incumplimiento.

A diferencia de etapas anteriores, el panorama actual es distinto. Reportes recientes señalan que la obra presenta un avance significativo, con trabajos visibles en la estructura, acabados y detalles finales, lo que ha comenzado a modificar la percepción pública sobre su posible conclusión.

En el terreno político, el Cocinero Chino se convirtió en un símbolo incómodo. Para el gobierno municipal, encabezado por Norma Bustamante, el proyecto representa una apuesta por la identidad cultural y el rescate del centro histórico. Para la oposición y sectores críticos, se trata de un ejemplo de prioridades cuestionables frente a problemas urgentes de servicios públicos e infraestructura urbana.

El debate también se trasladó al ámbito social. Mientras algunos integrantes de la comunidad china y promotores culturales defienden el monumento como un reconocimiento histórico largamente esperado, otros ciudadanos consideran que la representación es estereotipada o que el recurso público pudo destinarse a necesidades más apremiantes.

En lo económico, el costo de la obra ha sido otro de los puntos sensibles. La inversión, que combina recursos públicos y aportaciones privadas, ha sido observada con lupa por la ciudadanía, especialmente en un contexto de presión presupuestal y demandas crecientes en materia de seguridad, movilidad y bienestar social.

Pese a las críticas, comerciantes y actores del sector turístico ven en el monumento una posible oportunidad de reactivación económica para la zona de La Chinesca, al consolidarse como un nuevo punto de referencia urbana y atractivo para visitantes locales y foráneos.

La discusión en torno al Cocinero Chino ha ido más allá de la escultura en sí. Para muchos, el proyecto abrió un debate más profundo sobre cómo Mexicali reconoce su historia multicultural y de qué manera se traducen esos reconocimientos en políticas públicas y obras emblemáticas.

Con el plazo encima, el ritmo de trabajo se ha intensificado y las imágenes recientes de la obra alimentan la expectativa de que, ahora sí, el monumento será entregado en tiempo. La narrativa pública comienza a moverse del escepticismo hacia una cautelosa esperanza.

De concretarse la entrega antes del 31 de diciembre, el Ayuntamiento cerraría un capítulo marcado por retrasos, críticas y presión mediática, y abriría otro en el que el verdadero reto será justificar el impacto cultural, social y turístico del monumento ya en operación.

Por ahora, el Cocinero Chino sigue de pie, rodeado de andamios, pero también de miradas atentas. A 12 días del plazo final, Mexicali observa si esta vez la promesa se cumple y si, como muchos dicen, ahora sí es la buena.

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