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Aparece narcomanta con mensaje amenazante frente a gimnasio en Ensenada

Una nueva narcomanta fue localizada la madrugada de este viernes frente al gimnasio Power Fitness, ubicado en la esquina de las calles Pino y 14 de Mayo en la colonia Lomitas, Ensenada. El mensaje, presuntamente firmado por un grupo denominado “El Bien Portado”, contenía amenazas directas contra supuestos delincuentes, lo que encendió las alertas de las autoridades locales.

De acuerdo con el informe oficial de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), el hallazgo se registró alrededor de las 2:55 horas. La manta, de aproximadamente 1.5 por 2 metros, fue colgada con alambre sobre una cortina metálica del inmueble. El texto, escrito con letras negras sobre tela blanca, señalaba: “Esto va para toda la bola de ratas, ya los tenemos ubicados, les vamos a partir su madre. Atte: El Bien Portado”.

Elementos de la DSPM acudieron como primeros respondientes, acordonaron la zona y notificaron a la Fiscalía General del Estado, que asumió la investigación correspondiente para determinar la autoría y el posible trasfondo del mensaje.

Una tendencia creciente en la región

Este no es un caso aislado. En los últimos meses, Baja California ha sido escenario recurrente de la colocación de narcomantas como método de advertencia o presión entre grupos del crimen organizado. Tijuana, Mexicali, Rosarito y ahora Ensenada han reportado incidentes similares, muchos de ellos relacionados con pugnas territoriales o disputas por el control de actividades ilícitas.

Especialistas en seguridad advierten que estas narcomantas no solo son un mecanismo de comunicación interna entre células criminales, sino también un instrumento de terror social, al exhibir públicamente amenazas con el fin de generar miedo y demostrar poder en espacios visibles.

Implicaciones estratégicas para las autoridades

Aunque los mensajes de este tipo no siempre derivan en actos violentos inmediatos, su presencia constante alimenta una narrativa de impunidad y control territorial. En este contexto, es indispensable que las autoridades locales y estatales fortalezcan tanto los protocolos de investigación como las estrategias de comunicación institucional para neutralizar la percepción de que los grupos criminales “mandan mensajes” sin respuesta del Estado.

El caso de Ensenada debe entenderse no solo como un hecho aislado, sino como parte de una tendencia regional que exige coordinación interinstitucional, inteligencia policial y un monitoreo más profundo del ecosistema digital, donde muchas veces se anticipan o difunden este tipo de mensajes.

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