Algo se mueve en Playas de Rosarito, y no precisamente a favor de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda. Mientras la mandataria estatal navega los últimos meses de su gestión, en el quinto municipio de Baja California parece que ya empezaron a desconocer su liderazgo.
El detonante de esta posible ruptura política fue la reciente decisión del cabildo de Rosarito de otorgar, sin licitación, el jugoso contrato de manejo de nómina bajo el esquema del Artículo 3B de la Ley de Coordinación Fiscal a la empresa Marabeles y Medrano Asociados.
¿El problema? Que esta firma tiene vínculos directos con Adalberto González, ex tesorero del exgobernador Jaime Bonilla, el enemigo número uno de Marina del Pilar y actual dirigente del Partido del Trabajo (PT) en Baja California.
Pero hay más. Detrás de esta movida se encuentra Ramón Celestino Medrano Aguilar, actual oficial mayor del Ayuntamiento de Playas de Rosarito, quien fue el principal operador de esta jugada. Y no es un novato en este tipo de maniobras: durante la administración de Bonilla, Medrano Aguilar fue policía ministerial, y quienes lo conocen aseguran que está acostumbrado a los movimientos chuecos y a operar en la sombra.
El operador de la tranza: Ramón Celestino Medrano Aguilar
Para entender la magnitud del asunto, basta recordar que el Artículo 3B permite a los municipios recuperar el 100% del ISR retenido a sus empleados, lo que representa una millonada para cualquier administración. En 2023, Rosarito recuperó 46.9 millones de pesos y en 2024 ya van 32.5 millones, con una proyección de otros 20 millones más antes de que termine el año.
Generalmente, quien opera este esquema se queda con el 20% del monto recuperado, pero lo curioso aquí no es solo que se haya entregado sin competencia, sino a quién se le entregó. Nadie en Rosarito es ajeno al hecho de que González fue el hombre fuerte de las finanzas de Bonilla, y ahora, bajo el aval del cabildo, se le concede una oportunidad de oro para hacer negocios en el municipio.
¿Quién apoyó este movimiento? Nada menos que la regidora del PT Graciela Aguirre, quien –dicho sea de paso– ni siquiera vive en Rosarito, sino en Tijuana. ¿Qué intereses representa realmente? ¿Quién está operando detrás de esta jugada?
Pero la pregunta más grande es: ¿Está la alcaldesa Rocío Adame preparando su divorcio político de Marina del Pilar? La decisión de favorecer a una empresa vinculada al bonillismo en un momento clave para la política estatal no parece ser casualidad.
El contexto es crucial: Jaime Bonilla no solo sigue moviendo piezas en Baja California, sino que opera a nivel nacional para incidir en la sucesión de Marina del Pilar en 2027. Con su papel como dirigente estatal del PT, busca consolidar su influencia dentro de la alianza Morena-PT-PVEM para tener voto en la designación del próximo candidato o candidata a la gubernatura.
¿Será este movimiento en Rosarito una señal de que Bonilla sigue tejiendo su red de poder dentro del estado?¿Medrano Aguilar y Adame están preparando el terreno para que el bonillismo recupere terreno?
Lo que es un hecho es que en política las señales importan… y Rosarito acaba de mandar una muy fuerte.