Santo Domingo, República Dominicana.- Lo que comenzó como una noche festiva al ritmo del merengue terminó en una tragedia nacional. La madrugada del lunes 8 de abril, el techo de la icónica discoteca Jet Set, ubicada en la capital dominicana, colapsó en pleno concierto del legendario Rubby Pérez, dejando al menos 58 personas muertas y más de 160 heridas, según datos preliminares difundidos por medios como France 24 y El País.
El accidente ocurrió cerca de la una de la mañana, cuando el recinto, con más de tres décadas de historia en la vida nocturna caribeña, estaba abarrotado. Entre los fallecidos se encuentran el mismo Pérez y otras figuras públicas de gran relevancia, como la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, y el exbeisbolista de Grandes Ligas Octavio Dotel, lo que elevó la magnitud del impacto social del siniestro.
Rubby Pérez no sobrevivió
Uno de los momentos más dramáticos de la noche fue la desaparición del propio Rubby Pérez, conocido como “La voz más alta del merengue”. Durante varias horas, se creyó que el cantante había sobrevivido bajo los escombros, información que fue desmentida horas después. Según informó Los Angeles Time, los rescatistas en un inicio lograron localizarlo gracias a que comenzó a cantar desde el interior de la estructura colapsada, pero a las cinco de la tarde se informó del fallecimiento oficial del músico.
Investigación en marcha y duelo nacional
El presidente dominicano, Luis Abinader, expresó sus condolencias a través de un mensaje en redes sociales y decretó tres días de duelo nacional. Las banderas ondean a media asta, mientras los equipos de emergencia siguen removiendo escombros.
Las autoridades han abierto una investigación para esclarecer las causas del colapso. Un dato relevante es que la discoteca Jet Set ya había sufrido un incendio en 2023, lo que plantea interrogantes sobre la solidez estructural del inmueble y los protocolos de seguridad implementados desde entonces.
Especialistas en infraestructura y protección civil han comenzado a revisar si hubo negligencia por parte de los propietarios del lugar. En declaraciones recogidas por El País, se señaló que la Fiscalía General ha solicitado los permisos de operación y las últimas revisiones técnicas del sitio.
Mientras tanto, República Dominicana llora a sus muertos y se pregunta cómo una de sus noches más celebradas se convirtió en símbolo de una falla colectiva.
