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Robert De Niro sacude Cannes 2025 con un discurso contra Trump: “Un presidente filisteo que atenta contra la libertad creativa”

El actor estadounidense recibió la Palma de Oro Honorífica en el arranque del festival y denunció la política cultural de Donald Trump, al que acusó de ser una amenaza global para el arte y la verdad

Robert De Niro tras recibir la Palma de Oro de Honor en el Festival de Cannes. Foto: EFE.

Cannes, 14 de mayo de 2025.- El Festival de Cannes no había terminado su primera jornada cuando Robert De Niro, uno de los grandes nombres del cine mundial, convirtió su aparición en una declaración política. La noche del lunes 13 de mayo, durante la ceremonia de inauguración de la 78ª edición del certamen, el actor estadounidense recibió la Palma de Oro Honorífica por su vasta trayectoria cinematográfica, de manos de su compatriota y laureado Leonardo DiCaprio. Pero en lugar de limitarse a un agradecimiento institucional, De Niro arremetió contra Donald Trump, a quien definió como “un presidente filisteo” que representa “una amenaza global para la libertad creativa”.

La intervención del protagonista de Taxi Driver sacudió el Palacio de Festivales y se convirtió en el punto de partida simbólico de una edición marcada por el tono político. Acompañado de su pareja, Tiffany Chen, De Niro fue ovacionado por un auditorio repleto de figuras del cine internacional y medios de todo el mundo.

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Un mensaje desde el corazón del cine

De Niro subió al escenario para recibir el galardón honorífico que otorga Cannes a figuras esenciales del séptimo arte. La Palma de Oro Honorífica ha sido concedida anteriormente a nombres como Agnès Varda, Jane Fonda, Tom Cruise y más. Pero esta vez, más allá de su legado cinematográfico, fue su discurso lo que dominó los titulares.

“El arte es una herramienta de inclusión, de comprensión, de verdad. Y eso es precisamente lo que Donald Trump ha tratado de destruir”, afirmó. Según reportó Vanity Fair, el actor denunció una serie de políticas culturales impulsadas por el expresidente republicano, entre ellas un arancel del 100% a las películas extranjeras, recortes sistemáticos en educación artística y la intervención directa en instituciones como el Kennedy Center.

La crítica de De Niro no fue nueva, pero sí más contundente que en otras ocasiones. En medio de un clima internacional cada vez más polarizado y con Trump nuevamente en la Casa Blanca desde enero de 2025, sus palabras resonaron con fuerza.

Cannes entre política y cine

Cannes siempre ha sido un escaparate del cine mundial, pero también un escenario donde el arte se cruza con la política. Esta edición no fue la excepción. Juliette Binoche, presidenta del jurado de este año, abrió el festival con un discurso en el que condenó los abusos sexuales en la industria francesa y respaldó abiertamente al movimiento Me Too. No solo denunció los abusos estructurales en la industria cinematográfica francesa; también se detuvo a rendir homenaje a una figura fuera del foco del cine, pero esencial para la memoria del presente: la fotoperiodista palestina Fatima Hassouna, fallecida el mes pasado mientras documentaba los ataques en Gaza.

Binoche, visiblemente emocionada, dedicó unas palabras a Hassouna “por arriesgar su vida —y perderla— para que el mundo no cierre los ojos ante el sufrimiento de otros”. El gesto arrancó un aplauso sostenido en el Grand Théâtre Lumière y marcó el tono político del festival. “Las imágenes que Fatima capturó no eran solo dolorosas, eran necesarias”, dijo la actriz, evocando el papel del arte como testimonio frente a la barbarie.

Ante las preguntas sobre las denuncias de abuso sexual que recaen sobre la estrella francesa Gerard Depardieu, la actriz, que fue su compañera en Una bella luz interior (Let the Sunshine In, 2017) de Claire Denis, dijo que es “una estrella que perdió su luz”:

“Una estrella de cine es un hombre. Un rey es un hombre. Un presidente es un hombre. Lo sagrado es el momento en que creamos, actuamos, dirigimos. Cuando nos desacralizan como a él [por Depardieu], nos hace reflexionar sobre el poder que ciertas personas se apropian. Para mí, el poder está en otra parte”, finalizó.

También se difundió una carta firmada por cineastas y actores como Pedro Almodóvar y Javier Bardem que denuncia la situación humanitaria en Gaza y critica la inacción del mundo cultural ante las guerras.

En ese contexto, las palabras de De Niro no solo no desentonaron, sino que encajaron perfectamente en la atmósfera general. “Estamos bajo la amenaza de autócratas y fascistas que buscan silenciar las voces críticas. El arte es una de las primeras víctimas de esa guerra”, dijo el actor, citado por The Guardian, uno de los medios que cubrió la gala inaugural.

Además de su discurso, De Niro participó en una masterclass en el Théâtre Debussy el martes 14, donde reflexionó sobre su carrera, el oficio del actor y el futuro del cine ante los desafíos políticos actuales. Según recogió el portal oficial del Festival de Cannes, la sala estuvo llena y la conversación se centró no solo en su trabajo con Martin Scorsese o Francis Ford Coppola, sino también en su compromiso con la libertad de expresión.

Juliette Binoche rinde homenaje a la fotoperiodista Fatima Hassouna caída en Gaza. Crédito: AFP.

Un legado que trasciende la pantalla

Robert De Niro no es ajeno a las controversias. Ha criticado públicamente a Donald Trump en múltiples ocasiones desde la campaña presidencial de 2016. Pero la tribuna de Cannes amplificó su mensaje a escala internacional. Como reportó People, el actor apareció en la alfombra roja junto a Tiffany Chen, en un gesto que también subrayó su apoyo a las libertades personales y a una concepción abierta de lo público.

Desde el histórico triunfo de Taxi Driver en 1976, que ganó la Palma de Oro bajo la dirección de Scorsese, De Niro ha sido una figura recurrente en Cannes. Presidió el jurado en 2011 y ha regresado en múltiples ocasiones como invitado. Pero su reconocimiento de este 2025 no solo mira al pasado: lo posiciona también como una voz política relevante en un mundo donde las democracias culturales parecen cada vez más amenazadas.

Con una ovación cerrada y titulares que recorren el mundo, De Niro deja en Cannes una advertencia incómoda pero clara: el arte no es neutral, y el silencio ante el poder puede ser tan peligroso como el poder mismo.

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