
A pesar de las aclaraciones oficiales emitidas por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Gobierno y Municipios del Estado de Baja California (ISSSTECALI), la firma del convenio de colaboración con IMSS Bienestar ha encendido focos de preocupación entre amplios sectores del magisterio y la burocracia estatal.
El anuncio difundido por el propio IMSS sobre la firma del Convenio de Coordinación para el Intercambio de Servicios Médicos —donde participan también instituciones como Issste, ISESALUD, UNEME, IPEBC y la UABC— fue interpretado por muchos derechohabientes como el primer paso hacia la desaparición de ISSSTECALI o una fusión progresiva con el sistema federal.
Aunque la directora del ISSSTECALI, junto con otros funcionarios estatales, ha reiterado que el instituto no se integrará a IMSS Bienestar ni perderá su autonomía, la desconfianza persiste entre los trabajadores. Varios de ellos señalan que la redacción ambigua del comunicado, así como la falta de socialización previa del acuerdo, ha alimentado incertidumbre sobre el futuro de su cobertura médica.
Entre los principales temores destacan la posible pérdida de servicios directos, la saturación de las unidades hospitalarias compartidas y la eventual modificación del régimen de derechos adquiridos por años. “No queremos terminar en un sistema donde te atiendan por turnos y con demoras interminables”, expresó un docente con más de 20 años de servicio.
Representantes sindicales han pedido transparencia y mesas de diálogo para conocer a fondo los alcances del acuerdo. “Estamos hablando de la salud de miles de familias; no se puede tomar a la ligera ni anunciarlo como una simple colaboración técnica”, advirtieron desde el gremio de trabajadores del Estado.
De acuerdo con la información oficial, el convenio busca mejorar la calidad y cobertura médica mediante el intercambio de servicios entre instituciones, sin requerir inversiones inmediatas en infraestructura. Sin embargo, especialistas advierten que este tipo de alianzas, si no se regulan con firmeza, pueden diluir responsabilidades institucionales y afectar la atención.
Otro punto que genera inquietud es la posibilidad de que ISSSTECALI empiece a referir sistemáticamente a sus pacientes a hospitales ajenos, como una forma de desmantelar gradualmente su propia red hospitalaria, lo cual afectaría la sostenibilidad del sistema a mediano plazo.
En redes sociales, muchos usuarios han compartido su molestia por haberse enterado del convenio “por los medios” y no a través de sus sindicatos o autoridades laborales, lo que evidencia una falla en la comunicación institucional con su base.
Finalmente, diversos actores del sector salud coinciden en que es urgente abrir un espacio de diálogo técnico y político para despejar dudas legítimas. Mientras tanto, la narrativa oficial de “más servicios, sin perder autonomía” no ha logrado tranquilizar del todo a quienes se sienten directamente afectados.
