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Nicola Coughlan condena el apoyo de J.K. Rowling al fallo anti-trans del Reino Unido y rompe con Harry Potter

Nicola Coughlan (derecha) y J.K. Rowling (izquierda). Foto_Getty Images

Londres, 17 de abril de 2025. — La actriz irlandesa Nicola Coughlan, conocida por sus protagónicos en las series de Netflix, Bridgerton y Derry Girls, desató un nuevo capítulo en la ya prolongada controversia que rodea a la creadora de Harry Potter, J.K. Rowling, al declarar públicamente que no participaría en el reboot televisivo de la saga. El motivo: su rechazo frontal a las recientes posturas antitrans de la autora británica, a quien acusó de estar del lado del “discurso excluyente”.

“Jamás lo haría”, respondió Coughlan cuando un fan en la red social X (antes Twitter) le preguntó si estaría interesada en formar parte del proyecto de HBO Max que busca reinterpretar la famosa franquicia mágica. Su respuesta, breve pero tajante, se volvió rápidamente viral.

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El fallo que encendió la mecha

El comentario de Coughlan se produjo apenas días después de que J.K. Rowling celebrara públicamente un polémico fallo del Tribunal Supremo del Reino Unido, emitido el pasado 16 de abril, en el que se estableció que la definición legal de “mujer” debía restringirse a personas de sexo biológico femenino. La decisión judicial, que excluye a las mujeres trans de ciertas protecciones legales en contextos específicos, ha sido criticada por organizaciones LGBTQ+ y activistas por los derechos humanos.

Rowling, a través de su cuenta oficial en X, respaldó la resolución con un mensaje irónico y desafiante, fumando un puro y una bebida en mano, en un atardecer: “¡Me encanta cuando un plan se ejecuta con éxito!”. Esta acción avivó una vez más las tensiones entre la escritora y sectores de la comunidad trans, que la han acusado de “transfobia institucionalizada”.

La autora de Harry Potter lleva varios años envuelta en polémicas por sus posturas respecto a las identidades trans. Desde 2020, cuando publicó un ensayo donde cuestionaba el uso del término “personas menstruantes” para referirse a mujeres, Rowling ha sido blanco de críticas tanto de activistas como de antiguos actores de su franquicia, incluyendo a Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint.

Reacciones, divisiones y boicot

El comentario de Nicola Coughlan no fue una excepción. Diversas figuras del entretenimiento británico respaldaron su postura, mientras que otros sectores salieron en defensa de Rowling, a quien consideran una defensora de la “realidad biológica” y de los derechos de las mujeres cisgénero. La escritora no ha respondido directamente a Coughlan, pero ha retuiteado mensajes de apoyo que celebran el fallo judicial como una “victoria para las mujeres”.

Mientras tanto, organizaciones como Stonewall UK han denunciado que esta resolución del Supremo “abre la puerta a una ola de discriminación legalizada contra las personas trans en espacios laborales, sanitarios y educativos”. En un comunicado oficial, la ONG afirmó: “Este fallo es un retroceso de décadas en los derechos humanos. Que Rowling lo aplauda no sorprende, pero sí duele”.

Según reportes del diario The Guardian, la BBC y Variety, ejecutivos de HBO Max se han mostrado preocupados por el efecto que esta nueva ola de críticas pueda tener en la producción del reboot de Harry Potter, planeada para estrenarse en 2026. Aunque no hay confirmación oficial, fuentes cercanas a la plataforma admiten que el entorno “se ha vuelto políticamente delicado” y que el proyecto podría enfrentarse a boicots por parte del público y parte del elenco convocado.

En contraste, grupos conservadores como Fair Play for Women han celebrado el fallo y el respaldo de Rowling como “un gesto de integridad y valentía en un clima de censura ideológica”.

El legado en disputa

J.K. Rowling, una de las autoras más exitosas de la historia contemporánea con más de 500 millones de libros vendidos y múltiples adaptaciones audiovisuales, ve cómo el legado de su obra se debate entre el impacto cultural de Harry Potter y el rechazo creciente de nuevas generaciones que consideran su postura como excluyente y dañina.

Para muchos, Rowling ha pasado de ser una figura literaria influyente a un símbolo polarizante dentro del debate sobre los derechos trans. Como lo expresó la periodista y activista trans Shon Faye en declaraciones a Pink News: “Lo que hace Rowling no es defender a las mujeres, es marginar a otras”.

El conflicto, lejos de amainar, parece profundizarse con cada nuevo episodio. Y mientras actores como Nicola Coughlan toman distancia, la magia que una vez unió a millones de lectores empieza a fragmentarse bajo el peso de una batalla cultural que atraviesa lo personal, lo legal y lo simbólico.

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