Noticia Frontera

Jorge Figueroa se destapa para la alcaldía de Tijuana… y sólo sus bots lo celebran

Su operación para posicionar su nombre es tan ridícula como sus aspiraciones políticas.

En Tijuana no hay semana sin que aparezca un nuevo aspirante a mesías político. Y esta vez le tocó el turno a Jorge Figueroa Barrozo, quien —según rumores difundidos por sus propios bots— ya se perfila como el futuro candidato de Morena a la alcaldía en 2027. ¿El respaldo? Nada menos que Carlos Candelaria, operador del ebrardismo. Claro, porque si algo le urge a Tijuana es otro improvisado con padrino.

Pero vamos por partes.

Figueroa no es nuevo en los círculos de poder, aunque sí en los de coherencia. Fue presidente de Canacintra Tijuana, proveedor consentido del PAN en tiempos de Kiko Vega, y ahora flamante funcionario federal como coordinador del Corredor Económico de la Península de Baja California, un cargo desde donde —según varios testimonios y documentos— ha operado como trampolín político y financiero. La pregunta no es cómo llegó ahí, sino quién lo colocó. Todo apunta al senador Armando Ayala, quien, en su ruta hacia 2027, está armando una red de alianzas con perfiles reciclados y fieles al poder, no a los principios.

Según ellos, el candidato a Tijuana y el candidato a gobernador. les aplaude un panista

Porque sí: Figueroa fue crítico de la 4T, marchó contra AMLO en 2023, y al mismo tiempo cobraba millones en contratos públicos gracias a empresas como Inteliproof y TekSeg, beneficiadas en gobiernos panistas y morenistas por igual. Entre 2021 y 2022, sólo en Baja California, recibió 13.85 millones de pesos en adjudicaciones directas.

¿Coherencia? Ninguna. ¿Oportunismo? De sobra.

Y aquí es donde el show se pone bueno.

Al lado de su socio Miguel Ángel Bujanda

Figueroa: operador, prestanombres… ¿y ahora candidato?

Varios medios de investigación ya lo han colocado como prestanombres de Miguel Ángel Bujanda, exsecretario de Gobierno de Montserrat Caballero y viejo operador de Kiko Vega. La joya de la corona: una casa en Cumbres de Juárezvaluada en más de un millón de dólares, que ni en sueños aparece en las declaraciones patrimoniales.

Mientras Bujanda salía por la puerta trasera, entre narcomantas y acusaciones, Figueroa se acomodaba como pieza útil de una estructura que se recicla sexenio tras sexenio, sin importar colores ni discursos. La reapertura reciente de Bujanda en eventos de Canacintra, acompañando a Armando Ayala, confirma que el viejo aparato panista sigue vivo… ahora con credenciales de la 4T.

Fifi con caballo fino (pero sin pueblo)

Porque hay que decirlo como es: Jorge Figueroa no es más que un fifí con ranchos y caballos finos, un personaje de aparador que presume lujos prestados, vida de influencer, y un historial amoroso que incluye desde comunicadoras hasta escorts de alto perfil. Nada que reprochar… salvo que lo venda como prueba de “liderazgo empresarial” o solvencia moral. Su vida pública está a años luz de lo que Tijuana merece: una mezcla de frivolidad, ambición desmedida y una biografía que se acomoda según la coyuntura.

¡Influencer de sí mismo!

En las últimas semanas, Figueroa ha intensificado su campaña digital. Videos con frases motivacionales, hashtags forzados y una legión de bots que repiten: “¡Por fin alguien preparado!” o “Tijuana merece a Jorge”. Lo curioso es que esos mismos perfiles también recomiendan productos milagro para bajar de peso y comparten fake news contra Claudia Sheinbaum.
No es militancia, es marketing barato.

Lo peor: su repentina conversión a morenista. De criticar a AMLO y marchar contra la 4T, ahora busca subirse al barco… como si bastara cambiar de sombrero para ser parte del movimiento.
Spoiler: no es transformación, es oportunismo.

¿Y el partido?

Hasta el momento, ninguna estructura real de Morena lo respalda. Ni consejeros, ni comités de base, ni liderazgos reconocidos. Su candidatura vive exclusivamente en las planas de medios aliados, en las promesas de padrinos y en las pautas de redes. Su aspiración no se sostiene en territorio ni en trabajo de base, sino en una operación mediática inflada y cada vez más evidente.

Jorge Figueroa es el tipo de personaje que aparece cuando la política baja la guardia.
Ni es líder, ni es morenista, ni representa otra cosa que a los intereses de siempre, maquillados con discursos nuevos. Su aparición en la escena política es un “Figueroazo” de proporciones ridículas, que confirma que el 2027 ya arrancó… y con él, el desfile de los disfrazados.

Al menos —eso sí— nos entretiene.


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