Las más recientes mediciones nacionales colocan a Ismael Burgueño dentro del selecto grupo de los mejores alcaldes del país. El ranking de Demoscopia Digital, correspondiente a noviembre de 2025, lo ubica con 61.9% de aprobación y lo integra al listado de los 20 alcaldes de Morena mejor evaluados de México, confirmando el ascenso de su imagen pública y su peso rumbo a la sucesión de Baja California 2027.
Este reconocimiento coincide con lo reportado por CE Research, que lo posicionó con 61% de aprobación en el top 10 nacional, y con el ranking de Consulta Mitofsky, donde también figura entre los alcaldes mejor evaluados del país. La coincidencia entre evaluaciones fortalece la lectura de que su administración en Tijuana se percibe con resultados concretos.
Una de sus principales fortalezas ha sido su modelo de gobierno territorial y cercano, basado en recorridos constantes, supervisión directa de obras y atención inmediata a problemas comunitarios. Esta ruta de trabajo ha consolidado una percepción de cercanía, orden y presencia real en el territorio.
En el ámbito administrativo, Burgueño heredó un municipio con presiones financieras significativas, pero logró ordenar prioridades, dirigir recursos a áreas sensibles y producir mejoras visibles en seguridad, movilidad y servicios públicos. Su capacidad para equilibrar gestión técnica con sensibilidad social ha sido clave en su crecimiento en encuestas.
La seguridad se ha convertido en un eje determinante. La coordinación metropolitana, el fortalecimiento del equipamiento policial y una estrategia de prevención visible han generado avances en percepción ciudadana. Este rubro es, históricamente, el que más influye en la aprobación de un gobierno municipal.
Otro componente central ha sido su gestión política directa, sustentada en decisiones firmes, presencia territorial y conducción institucional. Ismael Burgueño ha logrado instalar una percepción de ser un gobernante serio, cercano y responsable, gracias a actos de gobierno visibles y resultados concretos, un estilo que conecta con lo que el electorado bajacaliforniano valora en sus autoridades.
A nivel político, su papel dentro de Morena es notable. Fundador del movimiento en Tijuana, cuenta con reconocimiento y legitimidad dentro de la estructura partidista. En un proceso interno donde la militancia tendrá un papel decisivo, este respaldo orgánico adquiere un peso determinante.
La posición de Ismael Burgueño en los rankings nacionales también lo coloca por encima de otros aspirantes que enfrentan mayor resistencia pública o interna. Entre ellos está Armando Ayala, senador de la República y ex alcalde de Ensenada, cuya trayectoria enfrenta críticas ciudadanas por el deterioro financiero con el que dejó aquel municipio. Su presencia en encuestas está lejos de los niveles que hoy alcanza Burgueño.
Otro competidor con menor tracción es Fernando Castro Trenti, diputado federal cuya transición del PRI a Morena no ha logrado convencer a amplios sectores del electorado, que aún lo vinculan con episodios polémicos de su vida política. Su posicionamiento en estudios de opinión no se acerca a los números que ha consolidado Burgueño.
También se encuentra rezagado Jesús Alejandro Ruiz Uribe, ex delegado federal en Baja California. Pese a una estrategia de alta exposición pública, su crecimiento en encuestas no ha despegado y permanece estancado, contrastando con el avance sostenido que muestran las evaluaciones de Burgueño.
A esta lista se suma Alfredo Álvarez Cárdenas, actual Secretario General de Gobierno de Baja California. Aunque cuenta con experiencia institucional, ha llegado tarde al proceso político y aún no presenta un posicionamiento competitivo dentro del escenario estatal. Su presencia en mediciones públicas es incipiente, lo que lo coloca claramente por detrás de Burgueño en esta etapa de la contienda.
La suma de estas comparaciones fortalece la idea de que Ismael Burgueño se ha convertido en el aspirante más competitivo dentro del bloque masculino de Morena rumbo a 2027. Su crecimiento es sostenido, mientras que sus competidores avanzan con menor tracción o enfrentan condiciones de arranque desfavorables.
La narrativa que ha construido —orden, trabajo cercano, responsabilidad social— coincide con lo que demanda hoy la ciudadanía. Baja California atraviesa una etapa donde los electores buscan perfiles que combinen estabilidad, modernización y sensibilidad comunitaria, y en ese marco, Burgueño se ha convertido en el referente más visible.
Su visión metropolitana también es un diferenciador importante. Ha demostrado capacidad para articular proyectos entre Tijuana, Mexicali, Ensenada, Tecate y Rosarito, entendiendo que la gobernabilidad estatal depende de la coordinación entre municipios y no de esfuerzos aislados.
Gobernar Tijuana, una de las ciudades más complejas del país, le ha otorgado experiencia en crisis, ordenamiento institucional y articulación social. La forma en que ha sostenido gobernabilidad y resultados medibles lo valida como un perfil con madurez política suficiente para aspirar a conducir el estado.
Por todo ello, Ismael Burgueño se consolida como uno de los nombres centrales rumbo a Baja California 2027. La consistencia de sus números, la percepción de resultados y la debilidad comparativa de otros aspirantes lo colocan como un posible futuro gobernador en un escenario donde la ciudadanía exige liderazgo, claridad y visión estratégica.