
La violencia contra las mujeres en México sigue siendo una crisis persistente y brutal. Durante enero de 2025, se registraron 241 muertes violentas de mujeres en el país. Sin embargo, solo 54 casos fueron investigados como feminicidios, mientras que el resto de las víctimas fueron incluidas en la categoría de homicidios dolosos. A estas cifras se suman 266 homicidios clasificados como culposos (accidentales), según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Esto significa que solo 1 de cada 10 asesinatos de mujeres se investiga como feminicidio. La falta de una perspectiva de género en las investigaciones ha sido denunciada por colectivos y organizaciones feministas, que advierten sobre la manipulación de cifras y la reclasificación de crímenes para minimizar la gravedad del problema.

Las cifras del SESNSP reflejan que en 2024 se cometieron 3,427 asesinatos de mujeres en México, pero solo 807 fueron investigados como feminicidios. En 2023, el número de víctimas alcanzó 3,433, pero únicamente 833 casosfueron catalogados bajo este delito. En consecuencia, los homicidios dolosos de mujeres pasaron de 2,600 en 2023 a 2,620 en 2024, una muestra de que el problema no solo persiste, sino que sigue en aumento.
La discrepancia entre los casos que cumplen con los requisitos legales para ser investigados como feminicidios y los que realmente son clasificados como tal es preocupante. Un estudio de Animal Político reveló que, entre 2015 y 2021, se registraron 7,005 muertes violentas de mujeres que cumplían con las condiciones para ser investigadas como feminicidios, pero solo 5,725 fueron clasificadas de esa manera por el Ministerio Público.
En Baja California, la situación es aún más grave. La entidad se ha convertido en una de las más peligrosas para las mujeres en el país, con altos índices de violencia y asesinatos. A pesar de las cifras alarmantes, las políticas de protección siguen siendo insuficientes, lo que ha llevado a muchas mujeres a buscar alternativas para su defensa personal.
El derecho a la defensa propia
Ante la falta de seguridad y el incremento de los ataques, muchas mujeres han decidido tomar su protección en sus propias manos. No se trata solo de una cuestión de reacción ante una agresión, sino de prevenir y contar con herramientas que les permitan evitar convertirse en una víctima más.
El uso de armas no letales ha sido una alternativa explorada en distintos países como una forma de protección personal. Estas herramientas permiten neutralizar a un atacante sin causar daños letales y han demostrado ser eficaces en diversas situaciones de peligro. En México, aunque su uso aún no es ampliamente regulado, cada vez más mujeres buscan opciones de defensa que les permitan ganar tiempo para escapar y pedir ayuda.
Opciones para la protección personal
El acceso a herramientas de autodefensa ha ido en aumento en distintas partes del mundo, y México no es la excepción. Entre las opciones más utilizadas se encuentran:
- Sprays de pimienta: Causan irritación en los ojos y las vías respiratorias, inmovilizando al agresor temporalmente. Son fáciles de portar y de utilizar en momentos de emergencia.
- Pistolas paralizantes (tasers): Emiten una descarga eléctrica que incapacita a un atacante por varios segundos sin efectos permanentes.
- Pistolas de balas de goma: Diseñadas para causar un impacto contundente sin ser letales, estas armas han sido utilizadas en distintos países como una alternativa de autodefensa efectiva.
- Pistolas de gas: Expulsan una carga de gas irritante que afecta la visión y la respiración del agresor, brindando tiempo suficiente para escapar.
- Pistolas de bolas de gas: Funcionan disparando proyectiles que liberan gas irritante al impactar con el agresor, generando un efecto incapacitante.
- Llaveros de defensa personal: Dispositivos pequeños y portátiles diseñados para proporcionar una respuesta rápida ante un ataque.
- Alarmas personales: Emiten un sonido estridente que puede alertar a quienes se encuentren cerca y disuadir al agresor.
En distintos países, estas herramientas han demostrado ser eficaces para la protección de las mujeres. En España, por ejemplo, se permite el uso de ciertos dispositivos de autodefensa, siempre que sean utilizados de manera responsable.
Más allá de las armas no letales
Si bien contar con herramientas de autodefensa puede hacer una gran diferencia en situaciones de peligro, la violencia de género no debe combatirse únicamente con estrategias individuales. Es fundamental que existan políticas públicas efectivas, educación en seguridad personal y la creación de redes de apoyo que permitan prevenir los ataques antes de que ocurran.
Las redes de apoyo entre mujeres han sido clave en la prevención de agresiones. Aplicaciones móviles de alerta, grupos de seguridad en redes sociales y protocolos de emergencia han ayudado a muchas mujeres a reducir su vulnerabilidad ante situaciones de riesgo.
El debate sobre la autodefensa femenina
El derecho de las mujeres a defenderse sigue siendo un tema de debate en distintos sectores. Mientras algunos insisten en que la solución debe venir exclusivamente desde las instituciones, cada vez más mujeres han decidido no esperar a que el Estado garantice su seguridad y han tomado en sus propias manos la responsabilidad de protegerse.
La violencia de género es una crisis estructural que requiere respuestas urgentes y coordinadas. Sin embargo, mientras la impunidad siga siendo la norma y los mecanismos de protección sean insuficientes, la autodefensa seguirá siendo una necesidad. En un país donde ser mujer significa estar en riesgo constante, contar con herramientas de protección no es solo una opción, sino una cuestión de supervivencia.