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El retiro del FIDEM: nueva muestra del pobre desempeño de Kurt Honold Morales en Desarrollo Económico pero la gobernadora lo sostiene en el cargo

La reciente eliminación del Fideicomiso Empresarial de Baja California (FIDEM), anunciada de forma sorpresiva por la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, representa el golpe más reciente a la certidumbre económica y a la colaboración público-privada en el estado. Detrás de esta decisión, que afecta de manera directa a la inversión, la innovación y el crecimiento del sector productivo, sobresale la ausencia de liderazgo y visión del titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Kurt Honold Morales.

En lo que debería ser una coyuntura para fortalecer la atracción de inversiones y la generación de empleos, el gobierno opta por cancelar uno de los principales instrumentos de apoyo al desarrollo empresarial, justo cuando entidades como Jalisco, Nuevo León y Querétaro apuestan decididamente por su crecimiento económico y por retener talento e inversiones. Mientras estos estados refuerzan sus programas y marcos institucionales, Baja California da pasos hacia atrás, debilitando la confianza de los empresarios locales y enviando un mensaje negativo a potenciales inversionistas.

Durante los 25 años de operación del FIDEM, su comité técnico —con representación dual del gobierno y del sector empresarial— había logrado canalizar recursos para proyectos de impacto en el desarrollo, la seguridad y la educación. Sin embargo, en esta administración, marcada por la falta de estrategia e interlocución efectiva de Kurt Honold, se observa una creciente marginación de los empresarios en la toma de decisiones y una tendencia a imponer políticas sin consenso, debilitando la gobernanza y la cooperación que caracterizaban al fideicomiso.

Las consecuencias no se han hecho esperar: líderes empresariales evidencian descontento y preocupación por el futuro de los proyectos de innovación, exportación y competitividad. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Tijuana, Roberto Lyle Fritch, y representantes de la CANACO, apenas pudieron articular una respuesta ante la abrupta medida, reflejando el ambiente de incertidumbre y falta de conducción por parte de la Secretaría. Voces como la del diputado Gustavo Adolfo De Hoyos Walther advirtieron que esta decisión puede acarrear daños irreversibles al desarrollo económico de la entidad, y llamaron a repensar una política que, lejos de fortalecer a Baja California, la pone en clara desventaja frente al resto del país.

Resulta paradójico que la Secretaría de Desarrollo Económico permanezca sin una agenda clara de defensa de los intereses empresariales y sin la capacidad de anticipar y gestionar escenarios críticos. La cancelación del FIDEM no solo priva al sector productivo de un instrumento probado, sino que exhibe, una vez más, la falta de dirección estratégica de Kurt Honold Morales y la urgencia de replantear la política de desarrollo económico para no seguir perdiendo terreno frente a otros estados que sí apuestan por la certidumbre y el futuro.


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