El director estadounidense presentó su nueva cinta, The Phoenician Scheme, en medio de una ácida crítica a la propuesta de imponer aranceles del 100% al cine extranjero impulsada por la Casa Blanca.

Cannes, Francia, 20 de mayo de 2025.- En el marco del Festival de Cine de Cannes, el cineasta estadounidense Wes Anderson estrenó The Phoenician Scheme y aprovechó el encuentro con la prensa para lanzar una crítica mordaz al presidente Donald Trump, cuestionando las políticas proteccionistas que la Casa Blanca impulsa contra el cine internacional. En tono sarcástico, Anderson preguntó: “¿Pueden retener las películas en la aduana?”, al referirse a la reciente amenaza de imponer aranceles del 100% a producciones extranjeras.
La reflexión de Anderson, pronunciada con su habitual mezcla de ironía y lucidez, ha resonado en la comunidad cinematográfica internacional, que sigue con preocupación la posibilidad de que Estados Unidos recrudezca sus barreras comerciales, incluso en el terreno de la cultura.
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Críticas con guante blanco: la ironía de un autor ante el proteccionismo cultural
Durante la presentación de su película —una sátira coral protagonizada por Benicio del Toro, Scarlett Johansson, Tom Hanks y más—, Anderson no evitó referirse al contexto político estadounidense. Cuando se le preguntó sobre el impacto que tendría una medida arancelaria sobre la circulación del cine extranjero, el director respondió: “Nunca había oído hablar de aranceles del cien por ciento. No soy experto en esa área de la economía, pero creo que significa que se va a quedar con todo el dinero y luego, ¿qué obtenemos?”.
Según informó The Guardian, Anderson no solo expresó su desacuerdo con la medida, sino que evidenció la contradicción inherente en ella: muchas películas estadounidenses —incluyendo las suyas— se producen fuera del país. En el caso de The Phoenician Scheme, el rodaje tuvo lugar en Alemania, una elección creativa pero también económica que refleja la globalización del cine actual.
La política propuesta por Trump ha sido presentada como una forma de “proteger” la industria estadounidense de la “invasión cultural” de Europa y Asia. Sin embargo, para autores como Anderson, ese enfoque desconoce la interdependencia creativa y económica que ha caracterizado al cine desde hace décadas. “Todo esto es bastante complicado, incluso absurdo, si consideramos cómo funciona hoy el cine”, puntualizó el director.
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The Phoenician Scheme: sátira criminal con aroma clásico
La nueva cinta de Anderson, que compite por la Palma de Oro, es una tragicomedia sobre un magnate corrupto —Zsa-zsa Korda, interpretado por Benicio del Toro— que sobrevive a una serie de intentos de asesinato y decide reconectar con su hija, una novicia encarnada por Mia Threapleton. Ambientada en un mundo de lujos decadentes y tramas financieras opacas, la película mezcla elementos de thriller, comedia absurda y drama familiar.
De acuerdo con Reuters, Anderson ha mantenido su estilo inconfundible: estética simétrica, guiones afilados y una cuidada dirección artística. Pero en esta ocasión, el tono es más oscuro, con una mirada crítica hacia las élites empresariales y la hipocresía institucional. La cinta ha sido aplaudida por la prensa especializada, que la considera una de sus obras más densas y políticas.
El elenco, como es habitual en las producciones del texano, es una constelación de figuras: Michael Cera, Bryan Cranston, Benedict Cumberbatch, Johansson y Hanks. La película se estrenará en salas comerciales el próximo 29 de mayo en cines de México.

Póster oficial de ‘El esquema fenicio’ (The Phoenician Scheme ). Crédito: Universal Pictures.
Política, cine y aduanas: ¿una nueva frontera para la cultura?
Las declaraciones de Anderson llegan en un momento de creciente tensión entre Estados Unidos y Europa en materia comercial y diplomática. La idea de Trump de imponer aranceles del 100% al cine extranjero ha sido recibida con alarma tanto por productores como por distribuidores. Aunque todavía no se ha formalizado como política, la amenaza marca un giro preocupante hacia el aislacionismo cultural.
Según The Guardian, la iniciativa tiene escasas posibilidades de prosperar sin una legislación específica del Congreso, pero refleja una estrategia más amplia del actual gobierno: usar el aparato estatal para imponer una visión ideológica de lo que debe ser “americano”. En ese contexto, la cultura se convierte en un campo de batalla simbólico.
Anderson, sin necesidad de levantar la voz, dejó claro su rechazo a esa visión. “No sé qué obtendríamos si retenemos películas en la aduana. ¿Un cine más puro? ¿Más patriótico? Lo dudo”, dijo en Cannes. En tiempos de incertidumbre política, su respuesta no solo interpela al gobierno de su país, sino también al papel que el arte puede —y debe— jugar frente a la censura velada.