La denuncia de Dmitri Medvédev, expresidente de Rusia, que acusa a Ucrania de contratar a sicarios del Cártel de Sinaloa y del CJNG para combatir en la guerra, sigue marcando la agenda internacional una semana después. Sin pruebas concretas, el señalamiento ha reavivado el debate sobre la guerra informativa y la utilización del narcotráfico mexicano como herramienta propagandística.

Ciudad de México, 17 de agosto de 2025.- La narrativa lanzada desde Moscú, en plena tensión militar en Ucrania, ha encontrado eco en medios y redes sociales, mientras gobiernos y expertos dudan de su veracidad. Para analistas de seguridad, las acusaciones no buscan tanto demostrar hechos como generar impacto diplomático, colocando a México en un escenario incómodo frente a Estados Unidos y sus aliados.
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Cártel de Sinaloa y CJNG en la narrativa rusa
El detonante fue una publicación de Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, en Telegram, donde aseguró que Ucrania estaría reclutando mercenarios vinculados al Cártel de Sinaloa y al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Según el político ruso, se trata de “narcos sanguinarios” que operarían bajo órdenes del gobierno de Volodímir Zelenski.
Sin embargo, hasta el momento no existen pruebas que respalden la versión rusa. Especialistas en geopolítica apuntan que esta estrategia se enmarca en una serie de mensajes del Kremlin que buscan desacreditar a Ucrania en la arena internacional. Algo similar ocurrió tras el atentado en el Crocus City Hall, en marzo de 2024, cuando Moscú señaló sin evidencias a Kiev como autor intelectual.
Medvédev provoca a EE. UU. y a Donald Trump
El señalamiento de Medvédev se acompaña de ataques a Washington. En el mismo mensaje, el expresidente ruso acusó a Estados Unidos de encubrir a Ucrania y de permitir que “narcos mexicanos actúen como mercenarios” en Europa del Este. Incluso mencionó directamente a Donald Trump, advirtiendo que el magnate republicano “sería incapaz de frenar a Zelenski” en caso de volver a la Casa Blanca.
La jugada retórica apunta a generar tensión en la política estadounidense, a meses de las elecciones presidenciales, y a explotar el peso simbólico que tienen los carteles mexicanos en la narrativa global.
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Claudia Sheinbaum responde a las acusaciones
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó de manera tajante la versión difundida desde Moscú. En declaraciones ofrecidas en Palacio Nacional, aseguró que “no hay ninguna evidencia que respalde” que grupos del crimen organizado mexicano estén participando en la guerra de Ucrania.
Sheinbaum subrayó que México mantiene una posición de neutralidad en el conflicto y reiteró que el gobierno federal seguirá “defendiendo la soberanía y el principio de no intervención”.
El impacto mediático de la acusación no reside tanto en su veracidad, sino en el poder de evocación del narcotráfico mexicano como marca global. Tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG son percibidos internacionalmente como organizaciones violentas y poderosas, lo que convierte cualquier vinculación con ellas en un recurso narrativo eficaz.
Según Orus Media, expertos en comunicación política señalan que Moscú utiliza este tipo de acusaciones para reforzar una idea: que Ucrania no solo recibe apoyo de Occidente, sino que además recurre a los actores más violentos y desprestigiados de América Latina.
Acusaciones sin pruebas, pero con impacto diplomático
Aunque no hay evidencia que respalde la supuesta participación de sicarios mexicanos en la guerra, la narrativa rusa cumple un objetivo: debilitar la imagen internacional de Ucrania y, de paso, tensionar la relación de México con Estados Unidos.
De acuerdo a El País, Ucrania ha sido foco de real reclutamiento de actores no estatales, aunque del otro lado: menores usados como saboteadores, coordinados por inteligencia rusa, o ciudadanos de Asia Central engañados para sumarse al frente de combate. También están documentados los mercenarios africanos reclutados por Moscú, lo que abre una doble ventana sobre el uso de delegados extranjeros en el conflicto
Analistas como Vanda Felbab-Brown, destacan la expansión de los carteles de Sinaloa y CJNG a nivel global, pero advierten que este tipo de mensajes podrían forman parte de una guerra informativa, donde la verdad importa menos que la capacidad de sembrar dudas. El hecho de que una semana después la acusación siga siendo tema de análisis demuestra que el objetivo de Moscú se está cumpliendo: instalar en el debate público la idea de que el narcotráfico mexicano puede convertirse en un actor inesperado en conflictos internacionales.
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