Noticia Frontera

Péter Erdő, el cardenal que podría convertirse en el próximo Papa

Analizamos el perfil de otro de los contendientes en la elección papal que definirá el rumbo de la Iglesia católica.

Ciudad del Vaticano, 28 de abril de 2025.– La muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril ha abierto una etapa de profunda reflexión en la Iglesia católica. El próximo cónclave no solo elegirá un nuevo Pontífice, sino que decidirá si el camino de apertura iniciado por Francisco tendrá continuidad o si la Iglesia optará por una relectura más estricta de su tradición. Entre los nombres que resuenan con fuerza está el del cardenal Péter Erdő, arzobispo de Esztergom-Budapest y primado de Hungría.

A sus 72 años, Erdő combina un perfil eminentemente teológico con una reconocida habilidad de gobierno. Descrito por Vatican Insider como “un canonista brillante y un defensor del orden eclesial”, representa una opción que podría inclinar la balanza hacia un papado de reafirmación doctrinal y fortaleza institucional.

Te recomendamos: La sucesión del Papa Francisco y el rumbo de la Iglesia: quiénes suenan como próximos papas

Una figura de peso en Europa Central

El Colegio Cardenalicio que acudirá al cónclave estará compuesto por 135 electores, y aunque los cardenales europeos ya no son mayoría, su influencia sigue siendo decisiva. En este contexto, la figura de un prelado procedente de Europa Central adquiere relevancia: un territorio donde la fe católica ha resistido las adversidades de la historia reciente, desde el comunismo hasta los actuales desafíos de secularización.

Según La Croix International, Erdő es visto como una voz respetada en los círculos vaticanos, no solo por su formación jurídica impecable —es doctor en derecho canónico y civil—, sino también por su experiencia como presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) entre 2006 y 2016. Su trayectoria le confiere una estatura continental que pocos cardenales actuales igualan.

Un teólogo entre la tradición y la diplomacia

Nacido en Budapest en 1952, Péter Erdő fue ordenado sacerdote en 1975 y realizó estudios avanzados en Roma, en la Universidad Pontificia Lateranense y en la Academia Alfonsiana. Desde su temprana carrera académica mostró un especial interés por el derecho y la teología sistemática, disciplinas que luego marcarían su visión eclesial.

Nombrado arzobispo de Esztergom-Budapest en 2003 y creado cardenal por Juan Pablo II en 2003, su perfil ha sido siempre el de un intelectual disciplinado y un pastor atento a la preservación de la identidad católica en sociedades marcadas por el pluralismo. Según informa National Catholic Reporter, Erdő ha abogado consistentemente por una “Iglesia fiel a su misión de verdad”, resistiendo presiones para adaptarse de manera acrítica a las tendencias culturales contemporáneas.

Lee también: Robert Sarah, el cardenal que podría convertirse en el próximo Papa

El Cardenal Erdo y el Papa Francisco en Budapest. Crédito: Vatican News.

Una candidatura que genera expectativas y reservas

Aunque su solidez doctrinal es un punto a favor para quienes desean un “regreso a las fuentes”, su estilo reservado y su perfil menos mediático podrían jugar en su contra en un escenario eclesial donde la comunicación y el carisma pastoral también son cruciales.

De acuerdo con el analista vaticanista John L. Allen Jr., citado en Crux, Erdő representa “una opción segura para quienes buscan un papado que combine rigor intelectual, discreción política y una renovada afirmación de la enseñanza tradicional”. No obstante, su escasa proyección internacional y su asociación con posturas más conservadoras en temas de familia y moral podrían ser vistas con recelo por parte de los sectores que buscan una continuidad del espíritu reformista de Francisco.

Puede interesarte: Matteo Maria Zuppi, el cardenal que podría convertirse en el próximo Papa

¿Un Papa del “orden renovado”?

Si Péter Erdő fuera elegido, su pontificado podría ser el de una restauración matizada: no un retroceso, sino una rearticulación del mensaje cristiano desde los fundamentos teológicos clásicos, con un énfasis en la coherencia doctrinal y el fortalecimiento de la disciplina interna.

Su perfil sugiere que promovería una Iglesia más estructurada, menos permeable a las presiones externas, pero consciente de los desafíos contemporáneos. Sería, en todo caso, el reflejo de una sensibilidad que percibe la verdad de la fe no como algo negociable, sino como un faro en tiempos de incertidumbre.

En un mundo fragmentado y ansioso, la figura de Erdő evocaría el ideal de una Iglesia “ordenada para servir”, capaz de ofrecer, en medio del tumulto, el testimonio sereno de una fe que no teme a la razón ni al tiempo.

No dejes pasar: Jean-Claude Hollerich, el cardenal que podría convertirse en el próximo Papa

El Cardenal Péter Erdö con los Heraldos del Evangelio en la Basílica Nuestra Señora del Rosario en São Paulo, Brasil. Crédito: Vatican News.

Scroll al inicio