La presidenta de México aclaró que la medida no se dirige exclusivamente contra China, sino contra todos los países con los que no existen tratados de libre comercio. El plan, incluido en el Paquete Económico 2026, eleva la tensión comercial y abre debate en la industria automotriz.

Ciudad de México, 12 de septiembre de 2025.— La presidenta Claudia Sheinbaum habló este viernes durante la Mañanera del Pueblo, sobre el impacto de la propuesta de elevar hasta un 50% los aranceles a la importación de automóviles provenientes de países con los que México no mantiene tratados de libre comercio, entre ellos China, Corea del Sur, India, Turquía e Indonesia. La mandataria insistió en que la medida “no es contra un país en particular”, sino una estrategia para “garantizar condiciones justas de competencia” en el mercado nacional.
La declaración llega en medio de la creciente tensión con Pekín, que consideró la iniciativa como una acción coercitiva y advirtió que podría afectar la confianza de los inversionistas en México. “Queremos una buena relación con China”, subrayó Sheinbaum en su mensaje, tratando de enfriar el malestar generado tras el anuncio.
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Una medida enmarcada en el Paquete Económico 2026
El proyecto forma parte del Paquete Económico 2026 enviado al Congreso esta semana, donde se incluye la actualización de más de 1,400 fracciones arancelarias, que abarcan desde textiles hasta artículos electrónicos, según detalló El País. En el caso específico de los automóviles, el plan plantea subir los aranceles actuales —que rondan entre el 15% y el 20%— hasta el 50% para los países fuera de los tratados de libre comercio.
De acuerdo con el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, esta medida busca frenar prácticas desleales de importación y “asegurar precios de referencia más justos”. En declaraciones recogidas por El Financiero, Ebrard explicó que en la actualidad “autos armados en Asia entran a precios muy bajos” y que el incremento arancelario evitará distorsiones en el mercado nacional.
China, sin embargo, ha respondido con dureza. El Ministerio de Comercio en Pekín condenó el aumento y acusó a México de “someterse a la coerción de Estados Unidos”. El comunicado oficial advirtió que la decisión puede dañar la cooperación bilateral en sectores estratégicos y enfriar la confianza de inversionistas chinos en el país latinoamericano.
Reacciones encontradas en la industria automotriz
En México, la propuesta ha generado reacciones divididas dentro del sector automotriz. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) expresó su respaldo a la política de equidad comercial, argumentando que el incremento “protege la producción local y mantiene condiciones justas frente a competidores sin acuerdos de libre comercio”.
En contraste, la Electro Movilidad Asociación (EMA) advirtió que la medida podría frenar la adopción de vehículos eléctricos e híbridos, donde China es líder global en producción y precios competitivos. “Esto puede retrasar la transición energética en México y encarecer los autos eléctricos para los consumidores”, señaló la organización, citada por El Financiero.
La Cámara de Comercio México-China también se mostró preocupada por el posible impacto inflacionario y los riesgos para el empleo y la cadena de suministro. En entrevista con El Imparcial, representantes del organismo señalaron que, si bien México tiene derecho a regular su comercio exterior, aplicar un arancel de 50% en autos eléctricos podría “contradecir los compromisos ambientales” asumidos en foros internacionales.
Un delicado equilibrio diplomático
La postura de Sheinbaum busca equilibrar la defensa de la industria mexicana con el mantenimiento de relaciones estables con uno de los principales socios comerciales de la región. “No es una medida contra China”, reiteró la mandataria, al tiempo que confirmó que su gobierno mantendrá pláticas diplomáticas con los embajadores de los países afectados.
El contexto internacional agrega tensión: Estados Unidos, socio principal de México en el T-MEC, ha incrementado sus presiones contra la entrada de autos chinos a Norteamérica, argumentando dumping y riesgos para su industria local. Según Reuters, la Casa Blanca analiza medidas similares para restringir las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en Asia.
El futuro del proyecto dependerá ahora de la discusión en el Congreso mexicano, donde el Paquete Económico 2026 deberá ser aprobado en las próximas semanas. Si se concreta, el alza arancelaria podría entrar en vigor a inicios del próximo año.
El anuncio de Sheinbaum se inscribe en una estrategia de protección del mercado interno en un contexto global de tensiones comerciales. No obstante, la medida abre interrogantes sobre sus efectos en el consumidor mexicano, en la transición hacia la movilidad sustentable y en las relaciones diplomáticas con potencias emergentes como China.
Lo que está en juego, más allá de las cifras arancelarias, es la capacidad de México para sostener su competitividad internacional sin cerrar las puertas a la innovación tecnológica ni poner en riesgo alianzas estratégicas. En esa tensión se mueve el gobierno de Sheinbaum: defender la producción nacional sin deteriorar sus relaciones con socios clave.
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El portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Lin Jian.

